El dirigente nacional -quien participó de la Jornada de Ganadería que realizó Coninagro, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) y la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco) en La Paz- , con el auspicio de las Cooperativas Agrícola La Paz; El Pronunciamiento, de Basavilbaso, y La Ganadera, de Ramírez, explicó a AIM que “hay productores que están en pie y esperamos que puedan seguir, ya que es esa la gran preocupación, porque estamos en un momento complicado”. Al respecto, precisó que como se perdió rentabilidad en el sector “hay muchos productores endeudados y si eso no tiene una salida que logre estabilizarlos en su esquema productivo corren el riesgo de seguir desapareciendo”, por lo que consideró necesario que “se debe se recuperar competitividad en el sector, es decir, una rentabilidad adecuada para que los pequeños y medianos productores puedan continuar con su actividad, especialmente en el interior del país”.
En ese sentido, Garetto evaluó que el 2013 “no fue un año fácil” y consideró que “sería lamentable que se entre en un proceso de desintegración de las pequeñas comunidades agrícolas”, pero aclaró que “siempre el productor tiene una gran cuota de esperanza a pesar de los avatares de la política y de las condiciones climáticas que se padecen”.
Establecer un sistema normativo que proteja al sector
Ante el contexto desalentador nacional, Garetto estimó que “hace falta readecuar algunas variables en la economía, para que no dependen del humor del gobierno de turno, por lo que se debe generar un sistema de normativas que salgan de la arbitrariedad”.
Luego de los comicios de octubre, donde se eligieron nuevos legisladores para la República, “hay que ver cómo juega la presión que ejerce la sociedad a través de lo que manifestó en las urnas y cómo canalizan esto quienes ganaron en estas elecciones, es decir, acá realmente los representantes del pueblo deben tomar en agenda los problemas de la sociedad que se podrían resolver realizando algunas medidas correctivas en los sectores productivos, como el campo”. El campo “puede ser un factor importante y determinante en generar los recursos para atender las demandas de la sociedad, pero, precisamente, para que esos recursos se generen se necesitan determinados incentivos, políticas y un lineamiento en el largo plazo que no esté atado a la voluntad o decisión del gobierno de turno”.
En ese marco, consideró que la cartografía política luego de las elecciones no es desalentadora, ya que interpretó “hay un reacomodamiento de las fuerzas políticas y eso, en algún punto, se irá potenciando en la medida que la oposición pueda sumar consensos y propuestas superadoras en el nuevo cuerpo legislativo que asumirá el 10 de diciembre”, pero aclaró que espera que los nuevos diputados y senadores “no se dejen cooptar por propuestas que profundicen el modelo, que sostengan este tipo de políticas que sabemos cuáles fueron los resultados”.
Además, comentó que los ciudadanos del campo tienen “incertidumbre hacia adelante, porque si bien es cierto que hay una expectativa favorable, pero no hay claridad en cuanto a la economía y al sector agropecuario qué es lo qué va a pasar, fundamentalmente, porque hay situaciones que quedaron pendientes de reclamos ya que en este año hubo situaciones catastróficas para la ganadería, el trigo y las producciones regionales”.
La gente “está esperanzada y el gobierno comienza a mirar el humor de la sociedad y más allá de que tengan la mayoría en las Cámaras pero hay una realidad que se expresó en las urnas y la podrá desconocer por algún tiempo pero el buen humor de la gente se puede transformar en mal humor en corto plazo y se podrían generar situaciones conflictivas”, consideró.
Respecto del productor y su proyección, Garetto explicó que la gente del campo “está mirando al corto plazo pero también mira las producciones de ciclos biológicos más largos por lo que no hay decisión para poner en marcha ningún proyecto de inversión, productividad e incorporación de tecnologías hasta que se despejen algunas variables que por ahora son comentarios”.
La disyunción de apostar a la ganadería o cambiar la actividad
Sobre los ganaderos, el presidente de Coninagro consideró que están “preocupados, porque a su fábrica de terneros la tienen que incrementar o ir en detrimento de la producción; qué hace con su plantel de reposición, por ahí pasa la decisión y de esa definición serán los resultados de aquí a tres años en la producción, esto es lo que realmente trata de descubrir el productor”.
El cooperativista afirmó que el productor se pregunta: “¿qué hago con las variables que hoy tengo a la vista, qué decisión tomo respecto de mi programa de producción?; es decir, el productor debe elegir si repone vaquillonas o si las envía al frigorífico, cosa que hoy está equilibrada, se trata de mantener, con su mínima expresión, el nivel de productividad”, comentó. Sin embargo, explicó que “en realidad hoy podríamos crecer en los próximos tres años entre un 30 y un 40 por ciento la producción de carne, pero eso no se dará si el productor no encuentra las señales que le permitan reponer vientres y aumentar su productividad”.
Frente a la incertidumbre, “se aplica la mínima tecnología y el mínimo esfuerzo y se sostiene a en la actividad a la espera que haya una señal más clara que permita tomar la decisión de deshacerse del plantel de cría, por lo que significa cambiarse de actividad y pasar a algo más rentable, o si encuentra algunos nichos para potenciar su producción va a arriesgar en productividad con la expectativa de en un par de años contar con un volumen aceptable en el mercado en cuanto a la oferta y a los precios que espera, mínimamente, para cubrir sus costos de producción”. Ante esa cartografía, la falta de inversión en genética, la cadena forrajera, el plan de alimentación y suplementación y en las instalaciones para el manejo adecuado de los rodeos “hace que estemos estancados hoy sin encontrar una variable que nos diga para dónde hay que ir”.