DECLARACIÓN DE LA
COMISIÓN DE ENLACE
A
30 años de la recuperación de la democracia desde el campo miramos hacia el
futuro con una visión expectante, pero teniendo en cuenta que no existe un
futuro promisorio sin un mejor presente. Ello requiere sincerar los graves
problemas que enfrentamos hoy y que condicionan nuestro horizonte.
La
ruralidad en su conjunto puede superar las 150 millones de toneladas de granos
para el 2020; producir casi 4 millones de toneladas de carne bovina, más de 3
millones de toneladas de carne aviar y más de 18.000 millones de litros de
leche, revivir las economías regionales y hacer de ellas polos de desarrollo
diseminadas en nuestra inmensa geografía.
El
desafío que tenemos por delante como sociedad y la única forma sustentable de
alcanzar este objetivo es hacerlo con más productores, con más arraigo y con
más desarrollo territorial, con una visión federal y con la autonomía de
recursos de cada provincia.
El
país no puede desaprovechar el efecto multiplicador y dinamizador del campo que
se vería reflejado en más inversión, comercio, empleos, mejores servicios, más
exportaciones y divisas; en definitiva mayores recursos para una economía más
diversificada capaz de cubrir sobradamente el consumo interno y la exportación.
En
los últimos años se registró en las distintas producciones un proceso de
estancamiento, motivado por una política económica que no reparó en la
inflación y un incremento constante del gasto público, que llevó a la
desaparición del superávit fiscal. Además de, claro está, políticas
agropecuarias que tienen como características más salientes la alta presión
tributaria, las distorsiones comerciales y el creciente deterioro en la
competitividad. De continuar estas dificultades el sueño de lograr el potencial
no se verá cumplido.
Un
reflejo de ello es una disminución en la cantidad de productores,
con un deterioro notable en las economías regionales y la
consecuente desaparición de empresas agropecuarias.
Según
las proyecciones internacionales el mundo va a continuar aumentando su demanda
de alimentos, demanda que será atendida en un 70% por los países en desarrollo.
La Argentina no puede quedarse afuera como proveedor de alimentos para el
mundo.
La
sociedad toda, debe saber que el campo puede y quiere colaborar con el
desarrollo económico y social del país, como lo hizo siempre,. Sin embargo es
preciso tener en cuenta que necesitamos condiciones diferentes a las actuales
para alcanzar dichos objetivos.
Hoy
a tres décadas de la recuperación de la democracia, desde el campo manifestamos
al sector público y privado, a las organizaciones y a la ciudadanía en general
que en un marco de condiciones favorables podemos darle una respuesta madura a
nuestra sociedad y al mundo.
Hacemos
votos para que este 2014 podamos recuperar una visión de país que incluya a
todos, dispuestos a que la democracia salde las deudas que todavía perduran,
una sociedad que se anime a ir seriamente hacia un destino de mayor compromiso,
más educada, institucionalmente seria, socialmente justa, y políticamente
equilibrada.