A pesar de
las jornadas frías, lluviosas y húmedas, los chacareros estuvieron cinco días
en la explanada del centro cívico de la capital entrerriana, frente al palacio
de gobierno provincial, para advertir en la esfera pública que los gobiernos
—tanto el nacional de Cristina Kirchner como el provincial de Sergio Urribarri—
liquidaron las economías regionales y exigir, de forma urgente, al Estado un
“plan de salvataje”.
Luego de
ser recibidos por ministros del gobierno que comunicaron que se llegó a un
acuerdo con YPF para beneficiar al sector, que está avanzada la gestión para
que los productores tamberos de Entre Ríos reciban los 30 centavos por litro de
leche de subsidio nacional, que hay créditos para tamberos y citricultores a
tasa subsidiada en el Nuevo Banco de Entre Ríos (NBersa) y que está el
compromiso para que se apruebe en 48 horas la Ley que permita a la provincia
ser garante ante el Banco Nación para créditos blandos para otros cultivos, la
asamblea que sesionó en la explanada de la Casa Gris definió terminar el acampe
y se declaró en “estado de alerta y movilización”, impulsó una marcha activa
para el próximo jueves al Banco Nación de Paraná y acciones departamentales
cunado Urribarri visite las localidades del interior, ya que consideraron que
las respuestas del gobierno son un “paliativo” ante la situación terminal que
viven los pequeños y medianos productores tras doce años de kirchnerismo.
La acción
comenzó el lunes a las 5:30 cuando arribaron los primeros federados,
cooperativistas y ruralistas que se situaron en el centro de la escena política
provincial, quienes montaron las carpas, configuraron el espacio con acoplados
y cosechadoras y pegaron afiches en sus herramientas de trabajo que decían:
“¡se remata!: tratar en Banco Nación”, o “Muy buena oportunidad, excelente
estado: se vende en el Bersa”
Cada una
de las jornadas estuvo marcada por sus singularidades: el primer día se
montaron las carpas y la asamblea logró hablar con el ministro de la producción,
RobertoSchunk; en la segunda jornada, reclamaron a Urribarri que los reciba y
comience a resolver los problemas del sector; el miércoles, se
expuso la crisis de la lechería con terneros apostados en la puerta de la Casa
Gris; el jueves, los arroceros difundieron la situación, regalaron el
producto a los transeúntes y donaron solidariamente más de 300 kilos al
hospital materno infantil San Roque; y
este viernes le tocó a la citricultura dar a conocer el panorama desolador.