En diálogo con esta Agencia, el ganadero explicó que “el aumento de la hacienda y el incremento de la carne hacia fin de año fue el resultado de factores estacionales y macroeconómicos”.
Qué pasó
Desde que alcanzó su pico en los primeros días de diciembre, el precio de la hacienda en pie tuvo una rebaja cercana al 17 por ciento hasta el momento. “El 3 de diciembre el kilo vivo de novillito cotizaba a 31,09 pesos en el mercado de Liniers y en remates ferias del interior, pero en la actualidad está alrededor de 25,9 pesos”.
La realidad mostró que el precio de la carne al consumidor acompañó la suba de la hacienda en diciembre, pero no siguió la baja que operó Liniers y en remates ferias del interior. AIM constató que el precio de la carne en góndolas de supermercados y mostradores de grandes carnicerías aumentó entre 14 y 16 por ciento en diciembre y no bajó este mes.
Si se estudia el valor de la carne en el mostrador, el porcentaje de remarcación está muy por encima de lo que se da en tiempos normales, lo cual demuestra que “se remarcó para recomponer una situación que no tiene nada que ver con el precio de la hacienda en pie”.
Álvarez Maldonado insistió que en el valor de la carne “debería haber bajado entre un cinco y un 15 por ciento respecto de los valores de diciembre”, ya que el aumento de la hacienda y el consecuente incremento de la carne hacia fin de año fue el resultado de factores estacionales y macroeconómicos. “La oferta de hacienda en diciembre se reduce porque el productor cierra su año fiscal, pero también pasa que los supermercados presionan el precio en Liniers y en los remates ferias del interior por el volumen de compras para abastecer el consumo durante las fiestas de fin de año”.
El ganadero entrerriano recordó que en la Argentina el stock ganadero se redujo un 17 por ciento, producto de las políticas aplicadas por la administración kirchnerista. “Después de la crisis ganadera donde se perdieron más de 10 millones de cabezas, en 2009 se dio la recuperación más importante del sector, alrededor de 2 millones de cabezas, de los cuales 200.000 eran de vientres, es decir, de ‘fábricas’ de futuros terneros. Ahora hay entre 200 y 400 mil vientres más, y 500 mil terneros que se verán corroborados con los datos en la próxima vacunación”.
El productor volvió a apostar a la ganadería señaló: “debo sacarles el sombrero a criadores y cabañeros, que pusieron todo su esfuerzo y capacitación para revertir la situación”.
En 2012, “la estabilización de los precios implicó la falta de competitividad que nos llevó al estancamiento. Sin embargo, si se aplican políticas activas, el futuro para la ganadería será promisorio. Es importante avanzar desde el consenso, todos juntos, entidades y Estado, ya que uno sin el otro no pueden hacerlo”.
El entrerriano recordó que desde que un animal nace hasta que se lo consume demora tres años. “En esta circunstancia especial y cíclica, hay faltante de novillos producto de la pérdida de stock años atrás, lo que significa consumo y oferta ajustada”.
Un escenario promisorio
Álvarez Maldonado explicó que en 2050 será necesario producir 100 millones de toneladas de carne bovina para abastecer la demanda mundial de 9 mil millones de habitantes. “Este escenario beneficiará a la cadena de ganados y carnes, y si se robustece, generará muchísimos puestos de trabajo e ingresarán divisas, fundamentales para este gobierno”.