Las cooperativas agropecuarias no se rinden

Danilo Lima

DOS FLORINES

Las cooperativas y los cooperativistas celebraron ayer, primer sábado de julio, el Día Internacional del Cooperativismo, una fecha propicia para reflexionar sobre el presente que vive el sector cuyo origen se remonta a 1844 cuando un grupo de obreros ingleses creó una organización cooperativa de carácter legal, con los aportes de sus integrantes. El 24 de octubre de ese año crearon el primer almacén cooperativo en la ciudad de Rochdale, Inglaterra, considerado hoy como el origen de este tipo de entidades.

Entre Ríos, se sabe, tiene una riquísima historia en materia cooperativa, especialmente en el sector agropecuario. Basta recordar que la primera cooperativa agraria se fundó en los albores del siglo XX: el 12 de agosto de 1900 nació la cooperativa Lucienville.

Juan Balbi, presidente de Cooperativas Agropecuarias Federadas de Entre Ríos (Cafer) y Gonzalo Álvarez Maldonado, vicepresidente de la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco), en diálogo con DOS FLORINES, reflexionaron sobre el rol histórico que el cooperativismo ha tenido en el campo entrerriano, analizaron el complejo presente del sector y arriesgaron lo que puede suceder en el futuro con las cooperativas agropecuarias de la provincia.

 

La mirada de Cafer.

“Como todo movimiento social, y el cooperativismo lo es, las cooperativas generalmente nacen de una crisis. En Entre Ríos, en general, las cooperativas nacieron ante la necesidad de comercializar sus productos. En los años ‘50 hubo una oleada de cooperativas, con la ayuda de la Federación Agraria y otras organizaciones –tal el caso de la Cooperativa de Aranguren, mi cooperativa–, que se organizaron con ese objetivo”, recordó Balbi.

– Las cooperativas nacen de una crisis, ¿cómo están hoy las cooperativas agropecuarias cuando el campo está en crisis desde hace varios años? ¿Cómo se sale de la crisis?

– El sector cooperativo agropecuario está cumpliendo un rol fundamental dentro de la estructura del productor y me atrevería a decir que hoy muchos productores todavía siguen sembrando gracias a las cooperativas que les proveen los insumos.

Muchas veces las cooperativas hacemos un gran esfuerzo para sostener a ese productor, con sus pasivos, porque el sector está endeudado. Las cooperativas, siempre, buscan la manera de refinanciar a sus productores, con la esperanza de que las cosas mejoren en la próxima cosecha.

La situación, hoy, es sumamente complicada, porque también las cooperativas son empresas, y como empresas tienen gastos, costos fijos, empleados, y deben manejarse de forma responsable.

Como productor y como dirigente agropecuario siempre he sostenido que quienes manejamos cooperativas debemos tratar de mantener el equilibrio de la balanza; es decir, cuidar a la cooperativa y al mismo tiempo sostener a la mayor cantidad posible de productores dentro del sistema. Porque una cosa va de la mano de la otra: las cooperativas sin productores no existen, las cooperativas son de los productores, y, por lo tanto, si a los productores les va mal a las cooperativas también les va mal.

Esta crisis, que es muy dura, la estamos tratando de llevar de la mejor manera posible, buscando financiamiento para el productor. Lamentablemente, en esta última campaña, el clima no nos ayudó nada, todo lo contrario.

– El productor viene endeudado desde hace por los menos cuatro campañas, las lluvias de abril devastaron la producción, ¿pudieron las cooperativas, que también están complicadas, acceder a créditos para poder financiar a sus socios?

– En la gran mayoría de los casos, debemos destacarlo, hemos recibido ayuda del Banco de la Nación. Las líneas de créditos están llegando y además se están estudiando nuevas líneas para recomponer capital de trabajo.

El Banco de la Nación le da el crédito a la cooperativa y ésta es responsable de ese crédito, pero con la condición de que sea transferido a los productores, ya sea para la refinanciación de pasivos o para la compra de insumos.

Ojalá el clima nos ayude porque la producción entrerriana –no sólo la agricultura– está complicada, muy complicada, y esto nos preocupa mucho de cara al futuro porque no podemos vivir de crisis en crisis.

– Estamos en un sistema capitalista salvaje, con multinacionales cuyo poder de lobby es cada vez más fuerte. ¿Pueden las cooperativas competir solas con esas empresas? ¿O deberán fusionarse para ser competitivas?

– Desde el punto de vista estrictamente económico ese planteo es cierto, es así. A veces, a través de una fusión, se logra una mayor escala y una reducción de costos, y también una mayor eficiencia.

Pero las cooperativas conforman un movimiento social, cumplen un rol social. Mis dudas, con respecto a ese tipo de fusiones, son de tipo social. Y cuando hablo de social me refiero al hecho de que muchas cooperativas en Entre Ríos están absolutamente identificadas con sus pueblos. La cooperativa es el pueblo y el pueblo es la cooperativa.

Hay, además, un fuerte sentido de pertenencia de los productores con la cooperativa de su pueblo. Por eso es muy complejo hablar de fusiones de cooperativas.

 

La visión de Fedeco.

Álvarez Maldonado, por su parte, fue enfático al sostener que el cooperativismo tiene esencialmente un rol social. “Las cooperativas son empresas sociales y Entre Ríos es una provincia pionera en el cooperativismo agropecuario”, le dijo a DOS FLORINES.

Las cooperativas agropecuarias, en este marco, están centradas en prestarles servicios a los productores, que son sus socios. Hoy, ante esta situación de crisis económica, “las cooperativas ratifican que son una herramienta útil al servicio del hombre de campo, sobre todo del pequeño y mediano productor”, subrayó el vice de Fedeco, y dio un ejemplo concreto de estos días “cuando las cooperativas, junto a las otras entidades del campo, están gestionando ayuda crediticia para que cientos y cientos de productores puedan acceder al financiamiento indispensable para seguir produciendo”.

La historia de las cooperativas, además, “muestra no sólo que han estado siempre asistiendo a los productores” sino que también “han generado innumerables acciones a favor de la gente de campo, con los remates feria, la producción de alimento balanceado, la construcción de plantas de silos, y un sinfín de servicios de todo tipo.

– ¿Cómo están las cooperativas agropecuarias en la actualidad?

– Trabajando para el presente y mirando el futuro. El campo no sólo padeció los efectos del clima, sino que también sufrió el impacto de políticas erróneas que, tal vez, hayan sido más graves que los problemas climatológicos.

Ahora, gracias a Dios, esta realidad se está recomponiendo rápidamente. Ya se está trabajando en la campaña de fina, en los rodeos ganaderos, y allí están las cooperativas agropecuarias con su apoyo al productor.

– De cara al futuro, ¿las cooperativas van hacia un proceso de fusión?

– Yo no creo que haya fusiones, pero sí creo que habrá integración de cooperativas, trabajo en conjunto, como ya se está dando, por ejemplo, con el molino harinero de Ramírez donde están trabajando tres cooperativas. Lo mismo se puede hacer en ganadería, en producción porcina y en infraestructura, como los puertos.

 

Pronóstico

Desde hace unos años, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) viene alentando la fusión de cooperativas, al punto que ya ha realizado una provisión de recursos para apoyar estos procesos porque, sostienen, la viabilidad de algunas se hace extremadamente difícil. Y hasta arriesgan números: de las aproximadamente 150 cooperativas agropecuarias que existen hoy en el país, sostienen fuentes de ACA, en diez años quedará sólo un tercio de ellas.

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