ENTREVISTA A LOS DIRIGENTES DE LA MESA DE ENLACE DE ENTRE RIOS. FUENTE: DOS FLORINES

En este 2016 el estado de ánimo de los productores agropecuarios entrerrianos cambió; es claramente diferente al de años anteriores. Están con expectativas favorables, con esperanzas y hasta sonríen cuando hablan de los problemas que aún persisten. Estamos hablando, básicamente, de los productores agrícolas y ganaderos, beneficiados por la eliminación de las retenciones, el fin de las trabas a las exportaciones y el sinceramiento del precio del dólar. El estado de ánimo de los productores lecheros y de economías regionales, como se refleja en este anuario, es bien diferente.

Esa esperanza de agricultores y ganaderos de cara al futuro quedó cabalmente reflejada durante una entrevista de DOS FLORINES con los principales referentes de la Mesa de Enlace. Elvio Guía, director de la Federación Agraria Argentina (FAA) en Entre Ríos; Daniel Kindebaluc, titular de la Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco); Raúl Boc-hó y Claudio Álvarez Daneri, presidente y vicepresidente primero de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer); y Juan Diego Etchevehere, referente en Entre Ríos de la Sociedad Rural Argentina (SRA) hicieron un balance de lo bueno y lo malo que dejó 2016 para el campo.

– ¿Qué fue lo mejor y lo peor que le pasó al campo entrerriano en 2016?

JDE –Lo mejor, sin dudas, fue la vuelta de página que pudimos dar en la relación de la Mesa de Enlace con el Gobierno provincial, después de muchos años de desencuentros, de no ser recibidos ni escuchados, de no ser contemplada nuestra visión sobre los problemas de la producción, lo que nos fue postergando respecto de otras provincias.

El compromiso de Gustavo Bordet en la campaña, y luego ya como gobernador, fue ratificado, fue cumplido. Prueba de esto fue la declaración de la emergencia agropecuaria, tras el desastre climático, que, además, fue otorgada rápidamente gracias al accionar del Gobierno nacional.

Lo negativo fue el clima. Fue el revés más fuerte porque nunca habíamos tenido que soportar un desastre climático tan grave como este año. Se perdieron 7 mil millones de pesos y esa pérdida se sintió en toda la economía provincial.

Dentro de este contexto lo que nosotros sostenemos hoy es que tanto el sector agropecuario como la provincia necesitan competitividad.,A nivel nacional se han instrumentado medidas que ayudaron a mejorar la competitividad y nosotros queremos que en la provincia no se adopten medidas que anulen esa competitividad.

RB – Lo mejor es el cambio de expectativas. Empezamos 2016 con un cambio de ánimo después de ser muy golpeados durante muchos años, con muchos productores en situación límite por la falta de rentabilidad y el endeudamiento, además del maltrato permanente y la nula posibilidad de tener un mínimo diálogo.

Y, a pesar de los problemas climáticos, donde hubo una posibilidad pequeña de mejorar, el campo entrerriano respondió a las medidas de aliento del Gobierno nacional: aumentó la siembra de trigo y la de maíz, y reapareció el girasol.

El estado de ánimo es distinto y aun con los bolsillos todavía flacos no se ha perdido la esperanza.

CAD – El cambio fundamental para la mejora del estado de ánimo de los productores, para mí, fue la salida del cepo y la liberalización del dólar, medidas que sumadas al fin de las trabas a las exportaciones, clarificaron el panorama para la producción agrícola. Hoy sabemos que si sembramos vamos a poder vender. Eso permite planificar. Faltan créditos a tasas más razonables y mejores precios internacionales de los granos.

EV – Lo más positivo es que se empezó a volver a creer en la palabra empeñada. Se cumplieron las principales promesas de campaña para el campo, eso dio esperanzas a los productores. La eliminación de las retenciones, por ejemplo, no fue sólo una cuestión económica a favor del productor, también favoreció la sustentabilidad del sistema, sobre todo en Entre Ríos.

Lo malo es que todavía no se han solucionado los problemas de la lechería. Estamos inmersos en un problema profundo que, en este último tiempo, ha mejorado un poquito por la mejora del precio internacional de la leche en polvo, pero los problemas estructurales de la cadena lechera no se han solucionado.

Otra de las cuentas pendientes son las economías regionales. No hemos podido avanzar en el mercado interno y no se han conquistado nuevos mercados externos y esto ha complicado la situación. Además se han encendido algunas luces de alarma, por ejemplo, con la importación de cerdos desde Brasil y Dinamarca, también con las frutillas y el vino que ingresan de Chile.

El presente de muchos productores en la Argentina es de muchas dificultades. Hay muchos que no han podido sacar la cabeza de abajo del agua.

En la provincia veo que hay un diálogo fluido, pero la cuenta pendiente es la burocracia, que debe solucionarse porque nos trae muchísimos problemas.

DB – Coincido en general con lo que han dicho mis pares, y, en el caso de la lechería, más allá de los problemas graves del sector, me parece una buena medida la creación del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina porque se va a transparentar la cadena. Esperemos que sepamos utilizar esta herramienta. Lo triste de este caso es la desaparición de los tamberos.

Otra de las falencias de este 2016 fue el tema de los caminos y Vialidad. Hay que trabajar mucho en este tema porque los malos caminos no son un problema para el productor, son un problema para la sociedad, para todas las comunidades rurales.

Es notable cómo se incrementa la producción en aquellas zonas donde pasa un camino en buen estado.

Los productores están listos para diversificar sus actividades y, sobre todo, para agregar valor pero es imprescindible tener buenos caminos y también energía, son cuestiones básicas.

EV – Otro tema pendiente son los puertos. Hay que trabajar mucho ahí. Hay que reflotar los puertos barcaceros y ‘tirar’ para la costa del Paraná porque el grueso de la producción de cereales y oleaginosas sale por el Paraná no por el Uruguay. El de Concepción del Uruguay no es el único puerto importante de la provincia. Hay que potenciar los puertos del Paraná.

RB – En materia de infraestructura hay que agregar el tema del ferrocarril. Entre Ríos quedó afuera del Plan Belgrano, pero a los trenes hay que rescatarlos, no podemos resignarnos a perderlos. No sé… habrá que crear un Plan Urquiza. Creo que estamos a tiempo de rescatar al ferrocarril.

Caminos, puertos, energía y ferrocarriles son las prioridades en materia de infraestructura.

RENTABILIDAD.

– ¿El productor agropecuario recuperó rentabilidad este año.

– No, no, no (casi a coro).

RB – No mucho. Hoy no se pierde, por lo menos en agricultura y ganadería.

DB – Hay que tener en cuenta una cuestión. Antes, por los ROE, de nada servía que el trigo, por ejemplo, fuera rentable, porque no se podía vender. Hoy eso cambió y se puede vender en cualquier momento, volvieron las condiciones normales para producir y para comercializar. Tal vez, ahora, no ganemos plata con el trigo, pero hay previsibilidad. Eso es lo importante.

EV – Hay una cosa que los productores hoy todavía estamos pagando que es la diferencia entre el dólar blue y el dólar oficial, de los últimos tiempos de Cristina. Hubo una inflación en dólares y un abuso por parte de las empresas proveedoras de insumos que aún no se ha corregido.

JDE – Cuando se habla de rentabilidad hay que tener en cuenta otras cuestiones, como la presión fiscal. En Entre Ríos los productores agropecuarios hemos sido discriminados, por ejemplo, con Ingresos Brutos, que la industria no tributa. Y nosotros no creemos en la dicotomía industria vs. campo; al contrario, creemos que son dos actividades complementarias, pero el gobierno anterior hizo esa discriminación que todavía hoy sufrimos. Ingresos Brutos es un claro ejemplo, también el impuesto a la herencia.

CAD – Hoy la rentabilidad es prácticamente neutra. Llegar a una rentabilidad neutra, teniendo en cuenta los años de pérdidas, es una mejoría. No hay rentabilidad para invertir, que puede mejorar si la cosecha gruesa es buena.

El buen ánimo de hoy no viene porque una recuperación grande de la rentabilidad sino porque ahora hay herramientas que durante el gobierno anterior no había. Estábamos condenados al monocultivo de la soja porque con el trigo y el maíz perdíamos mucha plata.

Poder usar esas herramientas es importante desde lo financiero y desde lo agronómico.

JDE – Mejoraron las condiciones para producir, pero los productores deben levantar las deudas para reconstituir su capacidad de producción. Eso lleva tres años, por lo menos.

RB – Se mejoraron los ingresos de los productores, por el dólar, por la eliminación de retenciones, por la posibilidad de vender cuando se quiere, pero aumentaron los costos. Los costos directos se fueron a las nubes y los costos indirectos han subido muchísimo.

EV – Hoy el negocio no es agronómico, es financiero. El que tiene espaldas para aguantar hace negocio; el que viene asfixiado, no.

El dólar

En el discurso de los dirigentes gremiales agropecuarios entrerrianos hay algo nuevo. Cuando se les pregunta si el actual valor del dólar es adecuado para la producción no responden con una cifra ni piden un ajuste del tipo de campo. Hoy hablan de mejorar la competitividad, no hablan del dólar, y eso no es poco en un sector que históricamente ha sido acusado –y no sin razón– de reclamar siempre devaluaciones del peso.

Juan Diego Etchevehere, de la Sociedad Rural Argentina, por ejemplo, dice que “en el sector agropecuario no queremos ventajas de ese tipo, no somos especuladores. Queremos tener una economía competitiva, lo que sabemos es producir y queremos competitividad, con impuestos razonables”.

Para Daniel Kindebaluc, de la Federación Entrerriana de Cooperativas, el sector agropecuario necesita exportar más. “La solución de los problemas de la Argentina pasa por exportar más. Para eso no es necesaria una devaluación sino que se puede trabajar con otras herramientas, como los reintegros a las exportaciones, porque los efectos positivos para el campo de una devaluación duran muy poco dado que se trasladan a los precios casi de inmediato. Hay que trabajar fuertemente en abrir mercados y ser creíbles”, remarcó el dirigente cooperativista.

Para Claudio Álvarez Daneri, de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos, en tanto, “atar la competitividad del agro al dólar es un error tremendo”, a pesar de que, lo admitió, durante muchos años creyeron que era así. “A nosotros lo que nos sirve es poder exportar con un precio que sea rentable para adentro. Y el dólar, en este marco, es un elemento más pero no el más importante. Esa competitividad también se puede lograr mejorando la logística, bajando la presión fiscal, mejorando la financiación y accediendo a más mercados. Por ese lado buscamos la rentabilidad, no a través de una devaluación que es pan para hoy y hambre para mañana”.

“Para alcanzar una competitividad sustentable en el tiempo hay que trabajar en nuestros costos, hay que bajar nuestros costos”, remarcó Kindebaluc.

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