En diálogo con esta Agencia, Berruhet
recordó que “hace unos días renunció el jefe de la Zonal VII de la Dirección
Provincial de Vialidad en Nogoyá, Raúl Acevedo, cosa que no sería mayormente
importante sino fuese que a esta canción ya la escuchamos demasiadas veces”.
Sentado en su escritorio, en la pujante
cooperativa zonal, convida un mate. No está enojado, dijo, pero si molesto por
la inoperancia del Estado. “Son años de poner el lomo ante la inoperancia de
los gobiernos, sean del color político que sean”, cuestionó.
Una historia viva
El contador recordó que en abril de
2016, “padecimos la crisis estructural vial más importante de los últimos 20
años: los caminos rurales del departamento colapsaron de tal manera, que la
actividad económica pasó a ocupar un segundo plano y solo nos preocupábamos por
nuestra población rural, lo social, la salud y la educación. Los
productores rurales, a nuestro costo, reparamos los caminos segundarios y
terciarios de la red de comunicaciones de tierra, para acceder a los escasos
135 kilómetros de asfalto con que cuenta el departamento, dejando sin arreglar
badenes y alcantarillas por imposibilidad económica y técnica para efectuar
esos trabajos”.
Un camino rural, cerca de Aranguren, destrozado.
También evocó que en julio de 2016
concluyó la recolección de la cosecha gruesa, que fue, como saben todos los
actores que interactúan con el sector agrícola ganadero, de muy mala calidad.
“Agosto y septiembre fueron los meses en que se sacó para comercializar la
famosa cosecha. Llegada la primavera y el principio del verano, se
presentó, a simple vista y sin ser experto en el tema, la mejor época para
reparar 15 años de abandono vial, por lo menos con alguna incipiente medida.
Reuniones con productores, cambios de actores provinciales y locales dentro de
la estructura administrativa vial, promesas políticas provinciales y locales.
En fin, lo de siempre, mover demasiado las fichas sin avanzar un solo
casillero, algo a lo que estamos acostumbrados los ciudadanos de a pie en estos
lugares, como solución política a nuestras necesidades”.
El presidente de Coopar no ahorró
críticas a los funcionarios: “A ver si puedo ser más contundente en este
aspecto: a la dirigencia política -en su gran mayoría- no le importa nada el
bienestar general de la comunidad a la cual representan, y sepa disculpar
alguno en particular mi inapropiada generalización. Gastamos unos meses de oro,
como noviembre, diciembre y enero, en poner, sacar y volver a poner, y al
final, volver a sacar al jefe de Vialidad de la departamental de Nogoyá. Por
suerte, el verano seca toda la extraordinaria lluvia de enero; los
caminos rurales están destrozados, pero secos. Se puede andar por la campiña
nogoyaense en camionetas doble tracción, a 40 km por hora y sin mucha carga,
pero podemos agradecer a la virgen del Carmen que podemos circular”.
No hay slogan que valga
Párrafo aparte dedicó Berruhet al cambio
climático, y aclaró “no es un slogan de campaña o una innovadora idea
publicitaria; es una realidad, e impacta en todos los sectores vinculados a esa
realidad. Para ser especifico, el cambio climático no es un problema del sector
agropecuario, en particular, en Entre Ríos, donde la actividad agroindustrial
es la mayor generadora de ingresos de la provincia”.
El camino a Crucesitas, lleno de agua.
Para el agropecuario, el problema es
también del gobierno provincial, de los gobiernos locales, del comercio, y de
la industria. “En fin, es más fácil marcar quien queda afuera, que los que son
afectados. Todos tenemos un gran problema con las lluvias intensas por 10 días
y al mes, una sequía de 60 días; frio en verano y calor en invierno;
heladas tempranas y heladas tardías; mangas de piedra y pequeños
tornados. Esto representa el famoso cambio climático, un clima
errático, impredecible y extremo en lo más que podemos imaginar. Por eso,
cualquiera que piense que porque no tiene campo está a salvo, está total y
absolutamente equivocado”.
A los bifes
El contador hizo honor a su profesión y
planteó la realidad desde los números. “Ahora vamos a lo que viene, porque el
pasado, es presente que se fue. Unos pequeños datos numéricos y de fácil
lectura. La superficie sembrada en el departamento Nogoyá durante la campaña
pasada, (2015-2016), fue la siguiente en hectáreas: trigo 11.000 ha; maíz
16.300 ha; sorgo 7.200 ha y soja, 132.800 ha. En total, sumaron 167.300
hectáreas. Los rindes promedios de estos cultivos fueron 2.8 toneladas de
trigo; 6.3 Tn de maíz, 3.4 Tn de sorgo, y 1.7 Tn de soja, lo que
representa en toneladas, trigo 30.800 Tn, maíz 77.550 Tn, sorgo 17.680 Tn y la
reina soja, 217.940 Tn, lo que sumados dan una totalidad de 343.970 toneladas.
Para tener dimensión de lo que estamos mostrando, cada camión carga 30
toneladas, de lo que surge que durante la campaña pasada se efectuaron 11.456
viajes por los caminos imposibles de nuestro departamento; solo dios sabe cómo
se hicieron. Y no quiero analizar los camiones de hacienda porque es un buen
tema para otra nota, la cadena ganadera que se viene”.
Un lodazal en el camino que conduce a Don Cristóbal.
El dirigente explicó que, a raíz de las
medidas económicas adoptadas por el Estado nacional, “no analizaremos ahora las
bondades o no de éstas, la superficie de estos sembrados se incrementó
sensiblemente en la campaña 16-17; se calcula un promedio del 20 por ciento
para trigo, maíz y sorgo, mientras la soja se mantuvo estable. Pero, para ser
rigurosos en los números, ya contamos con los exactos del trigo y estimaremos
los otros cultivos. Así, tenemos como superficie exacta en trigo 28.000 ha,
como estimada en maíz 19.500 ha; en sorgo, 8.640 ha, y en soja 132.800 has. El
problema es que también aumentó la productividad por hectáreas, ya que el campo
respondió con inversión al planteo económico del gobierno nacional. El único
dato concreto con el que contamos es el trigo, donde pasamos de 2.8 tn por
hectáreas a 3.2 tn en la misma superficie, lo cual representa un 15 por ciento
de aumento de producción. Para simplificar los cálculos, supongamos que los
cuatro cultivos en análisis aumentan un 15 por ciento su rendimiento;
entonces tendríamos una producción de 395.500 toneladas que
transportaremos en 13.185 viajes de camión. Como expresan los jóvenes, estamos
en el horno, de cara a la nueva cosecha gruesa, si por casualidad viene
otra temporada de lluvias”, ironizó.
Teléfono para los funcionarios
Un dato a destacar es que los distritos
que mayor aumento de superficie sembrada registraron en esta nueva campaña, en
toda Entre Ríos, fueron Algarrobitos y Don Cristóbal, ambos del departamento
Nogoyá. “Por favor, a quien corresponda, estamos a tiempo para implementar
alguna solución, aunque sea menor. La definición de gestión más apropiada que
conozco es aquella que expresa: gestionar es aplicar lo más
eficiente posible los recursos disponibles para llevar adelante una tarea.
Podemos inferir entonces que a Vialidad le puede faltar gestión o recursos.
Supongamos que le falta gestión, entonces habría que imaginar que,
en una población de algo más de 1.000.000 de habitantes en nuestra
provincia, no hay recursos humanos preparados ni capacitados para imprimir
acción a una repartición pública. Sería trágico confirmarlo, pero podría ser
posible. Entonces, busquemos esos recursos en otro lado, y vayamos por ellos.
Supongamos que al Estado le faltan recursos humanos, equipamientos
o financieros. Si lo que falta es personal, la desocupación a nivel
provincial debe ser más o menos como la nacional, un 25 por ciento
mínimo, lo que evidencia que hay mano de obra desocupada para capacitar y
ocupar. Si lo que falta son maquinarias, es más complejo porque hay que
invertir recursos propios o endeudarse para comprar, lo que puede convertirse
en un impedimento totalmente aceptable, pero también fácilmente solucionable. Y
si faltan recursos financieros, el Estado provincial debería manifestarlo
abiertamente, aunque puedo adelantar que la presión impositiva actual es la más
grave de los últimos tiempos en los tres estratos del Estado nacional,
provincial y municipal”.
Un camino secundario en el departamento Victoria, intransitable.
Hablar con conocimiento
Berruhet sacó el rebenque y no anduvo
con vueltas para mostrar la cruda realidad que representa la presión fiscal en
el sector agropecuario. “Solo voy a referirme al sector agropecuario”, dijo, y
aclaró que, “amén de los impuestos nacionales gravosos en demasía, a nivel
provincial, desde hace dos años estamos obligados a pagar Ingresos Brutos,
únicos en la región junto a provincia de Buenos Aires. Como si fuera poco, está
en estudio un aumento de entre el 30 y 40 por ciento del Inmobiliario Rural
para 2017, que, si se confirma, me animaría a inferir que la mejora en la baja
de las retenciones se anula con estos dos impuestos provinciales”.
Sin vueltas, Berruhet explicó que “el
beneficio de una menor retención es idéntica a la suma de tributar un nuevo
impuesto como Ingresos Brutos y un aumento del Inmobiliario Rural a niveles
superlativo; con ello, la diferencia a favor del productos es
cero, como siempre”.
El hilo se corta por lo más delgado
El profesional afirmó que desde hace
muchos años, la variable de ajuste en la economía argentina son los productores
y los consumidores, pero aclaró que esa circunstancia representa para el Estado
provincial y la actual administración, “una masa de recursos
financieros importantísimos que entra a sus arcas para diversos destinos.
Claro está que nunca están disponibles para la mejora o el mantenimiento de la
red de caminos rurales del departamento Nogoya”.
Otra muestra de la desidia del Estado: así está un camino rural en Rincón
del Doll, en Victoria.
“A quien le corresponda en el gobierno
provincial tallar en este tema, si llega a la
conclusión de que la estructura actual de Vialidad es inviable, postura a la
cual adhiero en lo personal, por favor, no insista en el error de mantener algo
por inercia, refunde esa área específica o funde una nueva
institución publico privada que lleve adelante esta función, porque
sabido es que si hacemos siempre lo mismo, no podemos esperar resultados
distintos”.
Políticas de Estado
Berruhet recordó que la dirigencia rural
reclama desde hace tiempo políticas de Estado en temas puntuales como la
estructura vial, la fiscal o la reglamentación en materia de medio
ambiente, entre otros aspectos. Por eso consideró que “sería bueno que el poder
Legislativo tome en cuenta este pedido, porque haría más previsibles las
decisiones económicas que se deben tomar a diario, como por ejemplo, si
tuviéramos una ruta marcada de antemano. Aunque solo representa un grado de
avance importantísimo a nivel general, denotaría madurez institucional y
económica de nuestra sociedad en su conjunto”.
Para el productor, “sería interesante
avanzar, aunque sea un tema por vez, ya que, a lo largo de 10 años habremos
logrado varios objetivos concretos. Lo urgente seria arrancar, y eso
sería un logro en sí mismo. Para cambiar nuestra historia, el gobierno
podría probar a hacer bien por una vez las cosas”, fustigó.
De la Redacción de AIM