La 125, 15 años después de que el país respaldó al campo

Carta abierta del presidente de Coninagro, Ing. Elbio Laucirica

Ante el avasallamiento del Gobierno al imponer una mayor carga fiscal como fueron las retenciones móviles, en una causa abrazada como propia por otros sectores de la economía y la sociedad, tuvo lugar lo que hoy, a 15 años de ese suceso, seguimos y seguiremos recordando como ” la gesta de la 125″. Hoy, nuevamente nos encontramos ante un momento con muchas semejanzas de fondo, que sumado a las inclemencias climáticas, generan un clima de tensión y ebullición, exacerbando las antinomias y diferencias entre los argentinos; este error no deberíamos ni querríamos volver a vivenciar.

Sabemos de la importancia que tuvo la gesta de la 125, la que nos marcó a fuego y movilizó casi a todo un país. Pero en este momento estamos seguros de que, proyectando el futuro, en conjunto entre la sociedad y la política, es como creceremos como País, como lo hacen las naciones. Seguimos propiciando un diálogo fluido y genuino con nuestras bases y cooperativas, y hoy nos manifiestan preocupación por los problemas financieros que van a surgir, e incertidumbre por ver cómo enfrentar una crisis que tiene como eje neurálgico los severos impactos del clima.

Los productores tanto de las economías pampeana como de las economías regionales, se ven severamente afectados, y la asistencia es lenta y llena de trabas burocráticas. Desde Coninagro ya lo hemos dicho: en el campo, los productores nos guiamos por ciclos biológicos, que no son los mismos tiempos que tiene la política. La compleja situación del conjunto de la economía del país, y que padece toda la sociedad, nos llama a la reflexión, y a reclamar enfáticamente un nuevo modelo. Un modelo desideologizado, que otorgue mas previsibilidad, reglas claras y perdurables, que nos permita crecer y generar mayor producción junto a más empleo y trabajo. Además, con más tecnología y calidad de vida en el medio rural, indispensable para un mayor arraigo a la tierra.

Estamos seguros del potencial que tiene el campo en Argentina, que somos parte de la solución y no del problema. Ver al campo como enemigo ya es algo que atrasa. Porque somos generadores de empleo y trabajo especialmente en el interior, donde el modelo cooperativo ha dado muestras de que funciona, inclusive, como barrera de contención e integración social.

A esto se suman los desafíos de la agroindustria como sector dinamizante y generador de agregado de valor. Además, vemos un panorama que nos convoca a escuchar las demandas del mundo, que nos imponen nuestros clientes, los consumidores, el de optimizar la producción de alimentos saludables, con sustentabilidad socio-económico y ambiental.
Los productores hemos aportado durante años y hoy necesitamos un alivio fiscal y ayuda crediticia urgente, dada la gravedad de los efectos del clima.

Seguiremos reclamando soluciones. Necesitamos Gobiernos cerca del productor, no solo cuando nos va bien, sino ahora cuando las pérdidas en la producción van a generar un severo perjuicio en nuestras economías como así también en los comercios y servicios de los pueblos del interior. Cuando termino de escribir estas líneas, no puedo dejar de pensar que hoy, 15 años después de que el país respaldó al campo, seguimos discutiendo los mismos temas y los mismos problemas.

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