El 12 de agosto de 1900 se fundaba la primera cooperativa agrícola de la Argentina y de Sudamérica, por iniciativa de los pobladores judíos que comenzaron a vivir en la colonia Novibuco Nº 1 y que llegaron al país a instancias de la “Jewish Colonization Asociation”. Le dieron en llamar “Primera Sociedad Agrícola Israelita”, denominación que en 1928 cambió por la de “Sociedad Agrícola Lucienville Cooperativa Ltda.”, que se mantiene al dia de la fecha.
Desde sus modestos orígenes hasta llegar en la actualidad a lo que es hoy una próspera entidad ubicada en Basavilbaso, Entre Ríos, han acontecido muchos hechos que vale la pena describir. El 12 de agosto de 1900, en un rincón entrerriano de la Colonia Novibuco Nº 1 de Lucienville, que pertenecía a la “Jewish Colonization Association”, se reunieron en la casa del colono Embón un grupo integrado por 17 personas, entre los cuales había 15 pobladores de la colonia, un maestro de escuela y el administrador de la Jewish Colonization Association, quien según testimonios de la época “ha sabido interpretar fielmente los altos ideales y nobles propósitos del Barón de Hirsch”.
Estos conceptos se refieren al desempeño que tuvo este funcionario en la tarea administrativa orientada a propender al bienestar de los colonos recién llegados al país e instalados en esta colonia.
En la primitiva y modesta vivienda del señor Embón, sentados sobre bancos rústicos o cajones vacíos, los asistentes escuchaban con atención la exposición del administrador de apellido Nemirovsky, que contaba con la colaboración del maestro de escuela Braslavsky. Entre ambos, habían comenzado un tiempo antes a preparar el terreno para sembrar la semilla del cooperativismo entre los recién llegados.
Durante su exposición, el administrador Nemirovsky dio a conocer la idea de “unión y solidaridad” y la necesidad de mantenerse organizados. Entusiasmados por las palabras del orador y con un concepto muy claro referido al respeto, la solidaridad y la ayuda recíproca, durante aquella memorable tarde 15 colonos fundaron una sociedad de Ayuda Mutua, que no tenía un carácter bien definido en sus comienzos, pero que poco a poco fue concretando objetivos hasta transformarse posteriormente en una entidad cooperativa.
En 1887, murió el único hijo del Barón Mauricio de Hirsch y ante tanto dolor exclamó: “he perdido a mi hijo, mas no a mi heredero, la humanidad recibirá mi herencia”. El Barón Hirsch comenzó a contemplar a la Argentina como punto centralizador de la corriente inmigratoria judía. De esta manera, tuvo origen su máxima obra filantrópica que fue la “Jewish Colonization Association”. La entidad de Basavilbaso lleva el nombre de Lucienville en honor al hijo del Baron Hirsch, cuyo nombre era Lucien.
EN LA ACTUALIDAD
La Cooperativa Agrícola Lucienville brinda a los productores provisión de insumos, secado, provisión de semillas, herbicidas y fertilizantes para todos los cultivos, provisión de combustibles y fertilizantes líquidos y asesoramiento técnico sin cargo con ingenieros empleados de la cooperativa, Seguros a través de Grupo Asegurador La Segunda y cuenta con la ferretería más grande de la región.
Dos plantas integran su estructura para el acopio. La principal es la que ocupa el molino arrocero, que por razones coyunturales actualmente está prácticamente destinado al acopio de Cereales, oleaginosas y forrajeras. Entre todas totalizan una capacidad de almacenamiento cercana a las 50.000 toneladas.
Hoy como desde sus inicios en búsqueda de brindar siempre un mejor y más completo asesoramiento, Cooperativa Lucienville se adapta a las nuevas formas de trabajo y a las nuevas tecnologías.
BASAVILBASO: CUNA DEL COOPERATIVISMO AGROPECUARIO ARGENTINO
La Cámara de Diputados de la Nación, aprobó en noviembre de 2006 un proyecto de ley que designa a la ciudad entrerriana de Basavilbaso como Cuna del Cooperativismo Agropecuario Argentino, porque allí se fundó la primera entidad agrícola del país, la Cooperativa Lucienville, el 12 de agosto de 1900.
El proyecto de ley, fue presentado por el diputado nacional Juan Carlos Lucio Godoy y llevó el acompañamiento de varios legistadores. La iniciativa del proyecto y su fundamentación correspondió al periodista Raúl Luis Perriere.